Ir al contenido principal

Bloque 1: Premisas para acercarse al estudio antropológico del arte


INTRODUCCIÓN

El arte es un concepto, pero hay que tener en cuenta que el lenguaje es una abstracción. Ese concepto de "arte" sería la forma connotativa, y las connotaciones aparecen llevan consigo las diferencias culturales con respecto a los conceptos (amor, democracia, belleza...) que son términos polisémicos (dependiendo del contexto cultural en que nos encontremos). Es aquí donde se inserta el arte.

Hay que tener en cuenta que el arte no está presente en todas las culturas, pues se asocia más al mundo occidental. Además, no existe objetividad a la hora de valorar la producción artística, ni siquiera en relación con los grandes estilos. Por tanto, las connotaciones vuelven a surgir dándole nombre a estilos que "machacan" a los anteriores.

Volviendo al concepto de arte, este va a estar condicionado por tres variables:
  • La cultura del trabajo 
  • El género 
  • La etnia 

1.1 VARIABLES DEL ARTE

a) CULTURA DEL TRABAJO

La cultura del trabajo se relaciona con tres aspectos (actividad productiva, posición que se ocupa en las relaciones sociales de producción e interpretación/cosmovisión de nuestro entorno). En cada colectivo se genera una terminología específica que manifiesta cómo se interpreta su entorno.

En el mundo del arte, que está muy especializado, sus integrantes suelen ocupar una posición privilegiada y  generar un discurso cuyo significado solo puede ser alcanzado por unos pocos. Por ello se habla de especialistas, los cuales surgen cuando una sociedad está lo suficientemente desarrollada como para que su complejidad permita que ciertos individuos no produzcan, sino que se dediquen exclusivamente a ser artistas.

De este modo, en las sociedades complejas se pueden encontrar tres niveles de organización:
  • bandas: agrupaciones simples que suelen corresponderse con la familia
  • tribus: agrupaciones más numerosas, sedentarias, organizadas en clanes
  • con jerarquía social: coinciden con las antiguas civilizaciones, y es solo en estas donde se tiene consciencia y constancia de la necesidad de los artistas
Por ello, se puede deducir que el arte no es inútil, puesto que tiene un alto contenido simbólico. Una de sus características principales es el reconocimiento del poder, un poder que van a tener las organizaciones con jerarquía social sobre otras menos desarrolladas agrupadas en bandas y tribus. No obstante, aunque algunos artistas tengan como misión mostrar esa carga simbólica, otros no llegan a ser considerados por ello, como es el caso de los artesanos.


b) GÉNERO

En relación con la construcción cultural de la sexualidad, existen atributos, valores y funciones que se consideran propios de hombres o mujeres. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo sexo que género, pues el género es simplemente una forma de interpretar el entorno, una cosmovisión.

Los espacios públicos han sido ocupados históricamente por hombres, mientras que el matriarcado no se asocia con el poder, solo con la distribución de la riqueza. Así, los hombres ha dominado también el mundo del arte, escasamente feminizado, asociándose a las mujeres ciertas artesanías (pero no considerándose como arte, sino como una "tarea de mujeres").


c) ETNIA

Se entiende por ello al colectivo que está conforme a unos rasgos culturales comunes y un sentimiento de pertenencia al grupo social. Estos rasgos sirven para autoidentificarnos como colectividad y diferenciarnos de otras etnias. 

Entre las definiciones oficiales, podemos encontrar la de la RAE (comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas y culturales) y la de la Enciclopedia Larousse (grupo humano que posee una estructura familiar, económica y social homogénea y cuya unidad se basa en una comunidad de lengua, de cultura y de conciencia de grupo).

Otra característica de las identidades étnicas es que son cambiantes, constantemente se están redefiniendo, no existen "patrias". Se trata de un concepto del siglo XIX, por ejemplo cuando hablamos de Javier de Burgos en el contexto de Andalucía, cuando se crean las divisiones provinciales, el municipio de Guadalcanal perdió territorio en beneficio de Badajoz, mientras que el castillo de Fregenal pertenece al Ayuntamiento de Sevilla. Con este tipo de divisiones administrativas se obliga a redefinir lo que es y lo que no es andaluz. Por tanto, lo que somos hoy es un proceso de lo ocurrido en el siglo XIX. Esto mismo ocurre con el flamenco, que no podemos ahondar en nada más allá del siglo XVIII. Por esta razón, nuestros símbolos identitarios pertenecen todos al siglo XX, olvidando así un rico pasado. Estos mismos discursos son reforzados constantemente con los libros de texto, donde se elaboran construcciones históricas, que son aquellas que tienen un origen determinado y un futuro incierto.

Con respecto a las etnias, éstas no tienen que suponer un sinónimo de uniformidad ni están reñidas con la diversidad. Esta es otra de las características de la identidad étnica, por ejemplo los modelos iconográficos usados en Semana Santa, las costumbres realizadas durante la feria, los cantos de verdiales o las sevillanas, los rasgos de la arquitectura almeriense o la de la Sierra Norte de Huelva...

No obstante, el sentimiento de pertenencia es muy importante y a veces no somos conscientes de nuestra propia identidad porque carecemos de suficiente distancia temporal como para percibir nuestras peculiaridades. Cuando interiorizamos todas nuestras normas y las automatizamos, tomamos conciencia de que contrastamos con otros, y eso es lo que se denomina cultura.

Entre las características de la identidad étnica encontramos que nos autoidentificamos cuando entramos en contraste con otros, por eso:
  • Es una construcción histórica
  • Es diversidad, no uniformidad
  • Se activa cuando entramos en contacto con otras identidades
Pasamos ahora a ver los factores que conforman nuestra identidad: pueblo, historia, cultura y territorio:

  • Pueblo: El el colectivo que da vida a esa etnia, pues no existen etnias que no se expresen de una forma viva. Podemos hablar de culturas cuando ya han desaparecido, pero no cuando sólo conocemos unos restos. Ese colectivo se expresa y es el soporte de las identidades, lo que provoca en ella cambios.
  • Historia: Entendida como una construcción cultural, ya que no existe historia objetiva, solo hechos objetivos, por eso la historia está permanentemente en revisión. Esto es lo que explica el origen de los pueblos y siempre es selectiva dependiendo de aquellos elementos ideológicos que queramos revisar. Por ello decimos que es una interpretación, pues dependiendo del discurso (construcción de una imagen o mensaje) que queramos construir será entendido de una forma u otra (por ejemplo, la fiesta de la Toma de Granada). No puede existir etnia sin historia, pues todas tienen su origen, su mito, y la historia es una interpretación cultural del pasado.
  • Cultura: Es la adaptación de un colectivo a su entorno natural y social, un factor inherente a todo ser humano relacionado con la multitud de roles que asumimos y que están definidos por nuestra posición cultural.
  • Territorio: Es el espacio, el soporte físico, la construcción cultural del entorno. En este sentido hay que diferenciar entre el entorno, es decir, la manera de la que los elementos naturales se configuran, y el ecosistema, que es la forma en la que se interrelacionan para elaborarse entornos específicos.  La diferencia frente al territorio referencia a las culturas identitarias, y esto se denomina territorialización, y lleva a conflictos entre los individuos de cada territorio. En relación con esto podemos hablar de paisaje cultural, que es la interrelación del territorio y que no se empieza a hablar de ello hasta el siglo XVI cuando se hace referencia a lo pictórico o poético, pues es una interpretación del entorno. Todo paisaje es cultural, pero no todo paisaje cultural es patrimonio.
Por lo tanto, el concepto de etnia incluye pueblo, historia y cultura, pero puede haber etnia sin territorio o territorio sin etnia. La defensa del patrimonio ha hecho que se conviertan en objetivos cuando hay conflictos, pues tienen un algo valor simbólico. Del mismo modo, cuando se funden colectivos con territorios de los que están ya desvinculados, surge un conflicto. Es entonces cuando hablamos de nación, que consiste en un colectivo vinculado a un territorio que justifica su pertenencia como grupo. Antiguamente se utilizaba en las universidades el término "naciones" para referirse a los colegios mayores y no tenía sentido político, pero la concepción actual surge en el siglo XIX, con el sistema burgués liberal que acuña el concepto de nación para designar a los "ciudadanos" (y no a los "súbditos" que existían durante el Antiguo Régimen). 




1.2 LA CONCEPCIÓN DEL ARTE

a) Concepciones anteriores al siglo XX

Hasta entonces, el arte era considerado como una producción con valor en sí misma debido a su funcionalidad simbólica, creado por especialistas (que también se dedicaban a otras labores, no tenían conciencia de ser artistas) presentes en las sociedades complejas y que dominaban ciertos conocimientos o rasgos estéticos compartidos (gremios). Estaba al servicio de las élites sociales y las instituciones dominantes, por lo que era partícipe del discurso de poder de los gobernantes.


b) Concepciones actuales

Aunque todavía se puede concebir el arte de la misma forma que se menciona en el apartado anterior, ahora se acentúa el principio de individualidad ya que los artistas se desconectan de la colectividad para resaltar su genialidad. Por ello, el arte es un reflejo de individualismo y, además, se convierte en creadora de una fuerte segmentación social debido a la aparición de las galerías y el coleccionismo, círculos a los que no tiene acceso la mayoría de la población y donde no se alude a la crítica social o a valores colectivos. Sin embargo, gracias al desarrollo de las artes populares se ha dado cierta apertura, pues estas vienen asociadas al patrimonio y en ello si está presente lo colectivo. Por otro lado no debe olvidarse que el arte sigue sin poder entenderse si no va asociado al poder, pues está destinado a su propia gloria, aunque ahora se haya sustituido el "poder" como tal por el "mercado" y su valor en él.


1.3 LA CULTURA

Lo principal es diferenciar dos términos que pueden confundirse. Se entiende por sociedad la forma en la que nos organizamos para enfrentarnos a la defensa, subsistencia y reproducción, se trata de aspectos que compartimos con otros mamíferos y algunos insectos o aves. Sin embargo, la cultura es la forma específica en la que resolvemos esto: murallas, organización o construcciones para la defensa; la alimentación para la subsistencia; y las políticas natalistas o antinatalistas para la reproducción.

Centrándonos en la cultura, debemos saber que proviene etimológicamente del verbo "colere" (cultivar) y que se asocia con el cultivo de nuestra mente, con la educación formalizada, letrada, es hija del contexto de la Ilustración. Sin embargo, nuestro concepto actual no se asocia con la instrucción, sino con lo antropológico, y esto es a partir del siglo XIX. Es en este ámbito cuando se dan contactos entre diferentes culturas y eso hace surgir la antropología. Al determinar la existencia de la cultura y su evolucionismo, el materialismo histórico... precisamente la teoría del evolucionismo traspasa rápidamente del contexto biológico al social, pues se pensaba que todos los pueblos habían pasado por las mismas fases evolutivas, pero actualmente esa teoría está desfasada. 

Con respecto a la antropología y los antropólogos, los primeros en aparecer son los llamados antropólogos de gabinete, que se dedicaban a analizar informes de viajes, estereotipos, estudios, etc., centrándose sobre todo en los pueblos primitivos (los andaluces éramos un buen modelo para estos estudios hasta el siglo XIX).

Si hablamos de cultura étnica nos referimos al modo específico de cómo un determinado colectivo ha dado respuestas a sus necesidades socioeconómicas en razón de una experiencia histórica y adaptándose a los recursos medioambientales. Sin embargo, si hablamos de la cultura como ciencia deben estar presentes comportamientos y valores universales en un tiempo y un espacio determinado.


¿En qué momento se convierten en seres humanos los homínidos?

Históricamente, se asociaban los seres inteligentes con el empleo de útiles, aunque algunos de estos útiles eran usados por otros animales. Por tanto, realmente nos referimos a seres humanos cuando se dan las siguientes circunstancias:

  • Aparecen creencias religiosas, abstracciones de sí mismo y de la realidad  (expresiones estéticas)
  • Tenemos conciencia de nuestro tiempo biológico (aunque hay animales como los delfines y los elefantes que parecen poseer este rasgo, así como del vacío que provoca la muerte)
  • Aparecen comportamientos complejos, códigos lingüísticos, el habla
  • Surge el concepto del parentesco, normalmente mediante familias extensas y casamientos premeditados, pues el asociarse a otra persona por amor es algo realmente revolucionario
Todas estas adopciones obedecen a razones históricas y geopolíticas, además de asociarse a los aspectos medioambientales. Se trata de elementos condicionantes, no determinantes, pues el ser humano siempre tiene opciones de elección. Por eso existen diferentes culturas, y no una "sociedad mundial". Formamos parte de una cultura por contraste con otras.

Del mismo modo, el individuo es fundamental dentro de la sociedad, pues no existe sociedad sin individuo y sin cultura. El individuo es el que crea la sociedad, pero al mismo tiempo está determinado por ella y por la cultura, lo modela, pues somos lo que culturalmente se nos ha hecho ser.


a) Elementos materiales e inmateriales de la cultura

La cultura está formada por elementos materiales y elementos inmateriales. Dentro de los inmateriales encontramos las ideas (grandes abstracciones culturales como los dioses, la democracia, la igualdad), los valores (entre los que se diferencian los éticos y los morales, según si hablamos de lo que es correcto para la humanidad como tal o lo que es correcto en el marco de una religión concreta) y los comportamientos o actitudes (son aquello que nosotros podemos ver en los demás, no es algo abstracto).

Por otro lado, todo nuestro mundo es una construcción simbólica. Tenemos la necesidad de nombrar las cosas, y aquí entra en juego la importancia del lenguaje. La lengua es la base de la construcción cultural (aunque no hay que confundirla con el habla, que es el uso común de la lengua. La mayor parte de nuestro léxico es descriptivo, pues la lengua trata de homogeneizar discursos, de que nos entendamos.


b) La cultura como concepto de aprendizaje, acumulación, selección y transmisión

Una cuestión a debatir es que la cultura es totalmente aprendida, no instintiva. Nosotros aprendemos todo lo que hacemos, incluso a respirar. Pero lo realmente importante es la acumulación del aprendizaje, pues cada nueva generación va sumando lo que la anterior ya sabía. 

En este sentido, la selección determina lo que se va a tomar de esa acumulación (ya no aprendemos a escribir a máquina, sino con ordenador), mientras que la transmisión está compuesta de la enculturación o endoculturación (que se da en los entornos domésticos o las relaciones sociales) y el aprendizaje formalizado o la experiencia (propio de los oficios, la escuela). Tampoco podemos olvidar el otro elemento socializador, que es la calle.

Ante la presencia abundante de varios contextos, existen normativas diferentes que muestran la necesidad de imponer normas que antes eran inherentes a nuestra cultura (por ejemplo, un cartel para dejar asiento a ancianos o embarazadas en un autobús), pues indicaban aspectos que se daban por hecho. La forma de imponer sanciones puede ser, por tanto, de dos tipos: informales  (morales, éticas o propias del ostracismo moral) o formales (derivadas de lo jurídico-social y de las leyes).


c) Relación entre lo instintivo y lo genético

Teniendo en cuenta todo lo anterior, se puede afirmar que nada de lo que pertenece a una cultura es instintivo. Los avances genéticos informan de una predisposición a la enfermedad, pero no a lo cultural, pues el cuerpo físicamente también se adapta al lugar donde reside. Sin embargo, no hay una evolución de nuestro organismo para convertirnos en seres genéticos ni raciales.


1.4 LOS PROCESOS HISTÓRICOS

Generamos elementos propios, pero también pedimos préstamos culturales que se adoptan al integrarse en una sociedad (como la fiesta de Halloween). Las modas son movimientos transitorios que no se suelen adaptar a la cultura, sino que son pasajeros. En el momento en que se integran pasan a formar parte de esa estructura (como la celebración de la feria de abril en Cataluña). Lo interesante es cómo adaptamos estos préstamos (la Semana Santa se adapta de forma diferente a cada lugar). Así, la suma de adaptación medioambiental y los procesos históricos determinan nuestra identidad. Las formas específicas de esas identidades son las tradiciones.


1.5 TEORÍAS ANTROPOLÓGICAS

  • Difusionismo:  surge como respuesta al evolucionismo, intentando volver a demostrar que la Biblia no se equivoca, que existía un centro cultural o círculo cultural desde el que la humanidad se va difundiendo al resto del mundo.
  • Hiperdifusionismo (Elliot Smith): dice que el origen de la humanidad estaba en Egipto, donde se halla la arquitectura más perfecta, simplificándose a medida que nos alejamos del centro de origen, pero es objeto de debate cuando comienzan los hallazgos de la cultura mesopotámica en el siglo XIX.
  • Teoría monocéntrica de la cultura: Se asocia a la anterior y tomaba como ejemplo la explicación de que las construcciones halladas en lugares de la África profunda eran resultado de la llegada de una tribu de Israel, no de sus propios habitantes.
  • Teoría policéntrica de la cultura: defiende la existencia de varios lugares desde los que se difunde la cultura: Egipto, Mesopotamia y el Río Amarillo. En este sentido destaca la teoría de Gordon Childe.
Actualmente, ninguna de estas teoría se sostiene porque no tiene sentido la idea de un núcleo civilizatorio. Para empezar, carece de importancia el origen del ser humano, aunque haya teorías sobre la presencia de dos focos: uno en Asia y otro en África, pasando de ahí a Europa y posteriormente a América en una glaciación y llegando más tarde a Oceanía. Sabemos que hubo una fuerte emigración y que los grupos humanos, fragmentados, se fueron adaptando a los distintos ecosistemas. Estos diferentes grupos generan sus propias culturas que, a su vez, son cambiantes. Entre ellas podemos encontrar préstamos e intercambios que se readaptan a la cultura prestada provocando al mismo tiempo modificaciones. A veces surgen incluso regresiones.

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario