Los modos de producción van asociados a una estructura social. Históricamente, los sistemas socioeconómicos han evolucionado de forma paralela a las sociedades de la siguiente forma: sociedad igualitaria, sociedad tribal, modelo asiático, sistema esclavista, sistema feudal y sistema capitalista.
En las sociedades igualitarias y tribales predomina el aspecto sociopolítico y la familia, pues son sociedades "sociocentradas" que contrastan con el modo actual o "egocentradas". La familia era la que daba rango, poder y prestigio a estos grupos sociales. El modelo asiático, sigue la superestructura ideológica en la que sus dirigente (faraones, emperadores, reyes) son designados por orden divino, algo que siempre ha servido para justificar el poder.
En el sistema esclavista lo económico y lo sociopolítico van de la mano, mientras que en el sistema feudal predomina la estructura sociopolítica pues la posición social se convierte en un concepto jurídico. Por otro lado, el sistema capitalista se fundamenta en un sistema económico en el que todo va organizado en función de la economía, determinando la posición de la sociedad según el poder, no el prestigio.
En cuanto a la ideología, dentro de ella se enmarca el nivel jurídico-político (leyes, comportamiento cívico, orden de la vida... aspectos que son deseados por todos) y el nivel ideológico. Dentro de las ideas representadas hay muchos campos y uno de ellos es el arte, pues todos los estilos transmiten valores, por ello el arte es el ejemplo paradigmático de las expresiones ideológicas. Del mismo modo, las artes populares son modos de vida, cotidianeidad y se relacionan íntimamente con lo tecnoeconómico (materiales utilizados)
Documental: Tesoros vivos del Japón
Lleva a cabo un reconocimiento de la labor de los artesanos en Japón, poniendo en entredicho conceptos clave del arte:
- ARTE O ARTESANÍA: La antigua artesanía comienza a tener valor estético. Había de todo: campanas, espadas, papel, muñecas, cuencos... pero todos son artesanías que expresan formas y valores colectivos (el arte expresa valores individuales). Por tanto, en el momento en que una manifestación exprese un valor colectivo de un grupo social es considerado artesanía.
- PERFECTO O IMPERFECTO: El valor de la artesanía es su imperfección y ésta puede llegar incluso a tener el mismo valor que la perfección. La interpretación de los valores afecta a la obra.
- MATERIAL O INMATERIAL: Hay elementos que se materializan y esto es lo que tiene valor, como la espada, la muñeca y otros elementos cuyo valor reside en la actividad de realizarlo (papel, telas) y no en el resultado como tal.
- INDIVIDUALIDAD O COLECTIVIDAD: Los artesanos niegan la individualidad (antiguamente) porque tenían que copiar al maestro, pero ahora se le da valor a los artesanos por su individualidad, por ser algo que no se realiza en serie y que es fruto del trabajo manual.
a) La cultura material y la cultura inmaterial
Aunque este concepto metodológico no se sostiene en términos de valoración científica, el valor de lo material es su valor inmaterial. Al mismo tiempo, todo lo inmaterial ha de ser material para ser tocado o sentido.
El arte tradicional es una construcción cultural del tiempo en pasado que se ha interpretado por especialistas. Está compuesta por la materialidad de las expresiones artísticas, que es lo que le da valor en sí misma, y presenta aspectos de autoría, calidad estética y antigüedad. Con esto último aparece el valor patrimonial, lo que supone un gran cambio a partir de los años 60 (cuando el arte se convierte en patrimonio).
El arte nos habla de un tiempo histórico y puede incluso hablarnos de un acontecimiento concreto en el que hemos dejado huella los seres humanos. Gracias a eso, pasan de lo cotidiano a lo monumental. También nos habla de la identidad, de los modos de vida, construyendo así el tiempo de forma distinta.
b) La cultura y el arte popular
El término popular era considerado como algo despectivo hasta el siglo XIX, cuando comienza a tener una concepción positiva. En cuanto a sus interpretaciones, existen varias desde el punto de vista socio-histórico y socio-cultural:
En lo socio-histórico, lo popular se asocia al pueblo llano hasta que, tras la revolución burguesa, el pueblo adquiere un concepto de igualdad ante las estructuras del Estado. En lo socio-cultural, el pueblo se asocia a una etnia que comparte valores y modos de vida. Por último, para lo socio-económico, el pueblo es la clase obrera, aquellos sectores subordinados.
Así, el término popular va siendo sustituido por el de tradicional debido a lo siguiente, quedando relegado para calificar únicamente a referentes como la música, la artesanía, las leyendas, etc.
- Las diferentes concepciones que hemos visto que lleva consigo lo "popular" según el contexto
- Comparte contenidos interpretativos con el concepto decimonónico de "popular"
- Reafirma y reinterpreta viejos valores como la autenticidad y las permanencias o esencias
- Soporta las expresiones, valores y comportamientos que manifiestan la identidad de una colectividad
Como a partir del siglo XVIII comienzan a eliminarse algunas costumbres populares, surge una reacción denominada movimiento romántico o costumbrismo que afecta especialmente a países europeos en construcción como Alemania, Italia o España, donde se revitaliza el pasado próximo en vías de extinción y con un sentido positivo. Así, este movimiento costumbrista se considera muy conservador y paternalista, mientras que el romanticismo es diferente por centrarse en revisar el pasado y hacer una relectura de la historia, exaltando el mundo que el Renacimiento había negado. es decir, lo medieval como momento del surgimiento de Europa, sus naciones, sus leyendas, sus lenguas autóctonas y sus arquitecturas diferenciadas. Para ello se soportan en el pueblo y son los movimientos folclóricos los que van a poner en valor estas costumbres y rasgos ancestrales hasta entonces ignoradas o despreciadas. Esto deriva en el nacionalismo, que es la instrumentación política de lo mencionado anteriormente. La evolución de estos estudios lleva al surgimiento de la etnografía, que es una metodología de trabajo de campo muy rigurosa.
c) Culturas subalternas
Buena parte de los valores de los grupos sociales discriminados están estrechamente imbricados en las clases dominantes. Para Gramsci, las culturas dominantes son aquellas que tienen un discurso articulado y estructurado, así como capacidad coercitiva para imponerse y difundirse gracias a la educación formal y los apoyos institucionales, por lo que no son impermeables a las influencias de la cultura subalterna, pero los elementos que adopta los reelabora antes de integrarlos. Se equipara con la ideología.
En cuanto a las culturas subalternas son aquellas que asimilan el discurso de la cultura dominante pero cuenta con elementos culturales propios (experiencias históricas, pervivencia de valores del pasado, reinterpretación de los elementos aportados por la cultura dominante) y hace una impugnación del discurso ideológico dominante. Por ello, se equipara con las mentalidades (manera en que nos mentalizamos o interiorizamos nuestra forma de ser, algo muy difícil de cambiar).
d) Cultura tradicional
Cuando se habla de "popular" refiriéndonos a aquella cultura que reinterpreta permanentemente todos los valores y que no es pura, sino que se entremezcla con los de las élites, debemos decir cultura tradicional. Es algo que encontramos en el arte referido a las artesanías, una creación que emana de una comunidad cultural y que se basa en la tradición y se expresa mediante un grupo o un individuo. Además, responde a las expectativas de la comunidad, se transmite de forma oral, intergeneracional y sirve para socializar.
La tradición es un discurso cambiante, no existe al margen del tiempo. Es una construcción social y es valorativa, seleccionamos lo que queremos que sea tradición. No debe confundirse con costumbres o hábitos. La tradición está dotada de polisemia, es decir, podemos participar de ellas como consideremos oportuno. Además, la tradición se asocia al patrimonio etnológico y ha de estar viva para serlo.
Es importante diferenciar entre la memoria histórica y la memoria viva. La permanente revisión del pasado es obra de especialistas que han de interpretar, como ocurre con el arte, que también se va revisando. Por otro lado, el tiempo tradicional tiene dos aspectos: el valor de uso (que es un valor cambiante y que si no lo hace desaparece) y el pasado reciente (ha sido necesario olvidar el significado de algunas cosas para llegar a un cambio de valoración, sufriendo un "neorromanticismo" que haga olvidar su verdadero significado por no sentirse como algo positivo).
Por eso es importante en la tradición ver con qué valores se asocia, más que con qué objeto, pues se hace desde el presente hacia el pasado. No es una continuidad inalterable, sino que permanentemente se está adaptando y nos permite percibir el cambio social. A veces se confunde la tradición con el modo de transmisión, que es o por oralidad o por imitación, casi siempre de forma inconsciente. Los cambios en la tradición no son voluntarios, sino motivados por las circunstancias y siempre siguen el esquema concepto-jurídico-mentalidad.
e) Autenticidad y esencialismo
Entendemos por autenticidad aquello que hace referencia a algo que sirve como referente a otra cosa que quiere reproducirse. Decimos que algo es auténtico cuando la práctica de la misma sirve para que la gente se identifique con ella. Los factores clave para esa identificación son a veces azarosos. En muchas ocasiones, la autenticidad se fija en torno a individuos, pero cuando la colectividad deja de interesarse por esos elementos, desaparece. Otro aspecto de la autenticidad es el concepto cambiante de significante/significado. En teoría, los significantes suelen ser los más permanentes, sólidos, porque son el anclaje de la tradición. Pero las costumbres y ritos en torno a ellos van variando.
Por otro lado, el esencialismo es algo que se mantiene a lo largo del cambio e impermeable a los cambios. Pero realmente es falso, porque nada permanece invariable a través de los cambios socioculturales. No hay nada esencialista, se trata de un concepto defendido por el folclorismo del siglo XIX que es aberrante.
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